La facilidad que tenemos hoy en día para acceder a la información hace que consideremos sistemas de aprendizaje que, tiempo atrás, no se nos hubieran ocurrido. Lo cierto es que los cursos a distancia existen desde hace mucho tiempo, incluso desde antes que se popularizara Internet (por correspondencia). Sin embargo, es ahora cuando surge con más fuerza la idea de adquirir nuevos conocimientos online, especialmente en referencia a los idiomas.
La necesidad de aprender inglés es un aspecto que prácticamente se da por sentado a la hora de mejorar nuestros currículums profesionales. Hacernos con un dominio práctico de esta lengua no sólo nos abre muchas puertas a nivel laboral, sino que también es sumamente útil en una sociedad cada vez más multicultural e interconectada. Sabiendo la importancia de esto, muchas personas optan por aprender inglés por la vía online pero ¿es realmente el método más efectivo?
A la hora de decantarnos por el aprendizaje online u offline, hay que tener en cuenta lo que vamos a obtener con cada una de estas metodologías. Es innegable que tener acceso a la gran cantidad de contenidos que contiene Internet es muy útil a muchos efectos; podemos consultar dudas aisladas, comprobar la pronunciación de algún término concreto o incluso buscar material multimedia con el cual reforzar lo que vamos aprendiendo. Sin embargo, ése es precisamente el punto clave: con lo que encontremos en Internet reforzaremos nuestros conocimientos, pero no alcanzaremos un nivel fluido ni tampoco consolidaremos nuestra base.
Hay que tener en cuenta el reverso de la moneda de tanto contenido online: ¿cuál es fiable y cuál no? Cualquier persona puede publicar en su blog unos supuestos conocimientos sobre el inglés, pero dependiendo de la fuente es posible que la información sea errónea y que sólo sirva para confundirnos. Otro de los problemas que surgen cuando tratas de estudiar una lengua online es, precisamente, el exceso de información: podemos acceder a tantas fuentes que a menudo la información nos desborda y no sabemos ni por dónde empezar, cuando resulta esencial en un idioma tener unas buena base para poder avanzar.
Por estas y otras razones, no debemos descartar jamás la opción del aprendizaje offline. Hoy en día las academia de inglés ofrecen cursos con horarios muy flexibles y combinables, de modo que aunque trabajes o estudies podrás adaptarlos de la manera que te resulte más cómoda. En estos centros de aprendizaje normalmente accedes a clases reducidas con tutores nativos, de modo que obtendrás de primera mano la pronunciación correcta del idioma: además, podrás practicar el speaking con una persona experta que pueda corregirte, al mismo tiempo que aprenderás según tu nivel y de forma escalonada.
En conclusión, el aprendizaje online es útil como medio de refuerzo, pero si quieres aprender inglés u otro idioma de verdad lo más recomendable es apuntarse a un curso. Además, ya estés buscando una academia de inglés en Sevilla, Barcelona o en Madrid, encontrarás seguro un centro que se adapte a tus necesidades y con el que poder progresar de forma rápida y divertida.