Soy profesora de instituto desde hace cinco años. Al poco tiempo de tomar posesión en mi plaza, hubo elecciones para escoger al equipo directivo de mi nuevo centro de trabajo.
La compañera que salió elegida como directora me pidió que asumiera el cargo de secretaria. Como la obligación principal del secretario de un centro público es administrar el dinero y llevar la contabilidad me pareció que era mucha responsabilidad pero dado que soy profesora de matemáticas no tuve muchas excusas para negarme.
El anterior secretario me explicó como se hacían las cosas tradicionalmente en el centro. Todas las compras de papelería y oficina se realizaban en un hipermercado cercano desde hacía ya muchos años. Antes las realizaban en una librería local.
Pero justo el año que asumí el cargo la crisis económica se recrudeció y comenzaron los recortes en educación que, como no podía ser de otro modo, también afectaron al centro del cual acababa de asumir la administración económica. ¡Estaba realmente asustada! Si ya era complicado pagar todas las facturas y conseguir que el centro funcionara con el dinero que teníamos ¿cómo nos íbamos a arreglar con menos dinero cuándo todo subía de precio?
Tuve que tomar las riendas de una situación complicada
Pero lo cierto es que no podía esconder la cabeza como el avestruz, el centro tenía que seguir funcionando y dependía de mi buena gestión hasta que punto. Así que comenzamos a tomar medidas. Aprobamos medidas como la de que todas las luces que hubiera que sustituir se harían por otras de bajo consumo.
Pedimos al claustro que cuándo realizasen impresiones utilizaran ambas caras del folio y que intentaran reducir el número de fotocopias. En fin, pequeños parches pero que todos sumados conseguirían rebajar un poco los gastos del centro. Pero era el chocolate del loro y había falta tomar medidas que supusieran una reducción más alta en los gastos.
En un centro de enseñanza gran parte del presupuesto se va en el pago de recibos, pero a eso le siguen las compras de material de oficina: folios, tinta de impresoras, archivadores, clips, grapas, chinchetas y una cantidad de bolígrafos que puede resultar impresionante para el que no esté acostumbrado.
Yo soy una persona que en mi vida privada siempre he tratado de ahorrar todo lo posible y utilizo Internet para conseguir los mejores precios. Así que dicho y hecho me dispuse a encontrar una Web dónde poder adquirir todo el material de oficina a precios más competitivos que los de un hipermercado normal.
Y descubrí la página de 20milproductos.
Había muchas páginas entre las que poder escoger, con algunas ofertas muy llamativas, pero yo buscaba el ahorro global en la compra. Y descubrí la Web de 20milproductos, con unos precios realmente competitivos y dónde podía encontrar sin dificultad todos los productos que necesitaba para el centro.
Los precios eran de por si bajos, pero si realizábamos pedidos grandes aun podíamos obtener mejores descuentos y los gastos de envío nos salían totalmente gratis. En un centro el presupuesto se suele organizar por trimestres, así que lo normal sería realizar tres pedidos grandes al año y de este modo poder obtener los precios más bajos.
Para estar segura de que todo era tal y como veía en la página llamé por teléfono al servicio de atención al cliente que tienen en esta Web. La persona que me atendió fue muy amable y me explicó como podía aprovechar los mejores precios acorde con mis circunstancias. La verdad es que me quedé muy convencida.
Pero lo que realmente me convenció es comparar las facturas y ver todo lo que podíamos ahorrar al cabo del año.
Con un presupuesto mucho menos y gracias a la combinación de medidas de ahorro y a los precios de la Web de 20milproductos íbamos a poder obtener todo el material que necesitábamos para realizar las actividades académicas con normalidad.
Presentar las cuentas
Cuándo acabó el curso y llegó el momento de presentar las cuentas ante el Consejo Escolar, dónde había representantes de padres, alumnos y profesores.
Estaba nerviosa. Aunque estaba convencida de que el cambio había sido muy positivo e iba dispuesta a defender que esta Web era nuestra mejor arma de ahorro, tenía miedo a que algunos fueran reacios a cambiar una forma de trabajar de tantos años.
Con los números delante pude demostrar que simplemente comprando en la Web de 20milproductos, habíamos conseguido ahorrar un 21% de media en los gastos de material de oficina.
Teniendo en cuenta que el recorte había sido de una cuarta parte del presupuesto, las compras en esta Web eran las principales responsables de haber podido cuadrar los números.
Ojalá hubiera tenido tan fácil ahorrar en todos los gastos del centro. No hubo ni una sola oposición al cambio y lo único de lo que se lamentaron es de no haber realizado antes el salto a esta Web y poder haber ahorrado dinero.